sábado, 22 de junio de 2013

GEOGRAFIA DE CHILE

Chile es una república cuyo territorio se extiende por el oeste y suroeste de Sudamérica; limita al norte con Perú, al este con Bolivia y Argentina, y al sur y al oeste con el océano Pacífico. De norte a sur tiene una longitud aproximada de 4.300 km y una anchura cuyo promedio es de 177 km. En la costa meridional de Chile se encuentran una serie de archipiélagos, desde Chiloé hasta las islas Diego Ramírez, el punto más meridional del continente sudamericano; entre ellos pueden mencionarse el archipiélago de los Chonos, el archipiélago de las Guaitecas y la parte occidental de Tierra del Fuego. Otras islas pertenecientes a Chile son las de Juan Fernández, la isla de Pascua, la de Sala y Gómez y la de San Félix y San Ambrosio, todas ellas en el Pacífico sur. El país tiene una superficie total de 756.626 km2. Además, Chile mantiene una soberanía histórica en la Antártica, entre los 53º y los 90º de longitud Oeste. La capital y principal ciudad es Santiago, con una población (1993) de 4.628.320 habitantes. Territorio y recursos La característica física dominante de Chile es la cordillera de los Andes, que nace en la guajira colombo-venezolana y recorre el país de norte a sur, hasta Tierra del Fuego. Regiones fisiográficas El relieve es un elemento geográfico decisivo en el poblamiento y en la economía. Chile es un país de montañas, las planicies sólo representan el veinte por ciento de superficie. Este rasgo condiciona con fuerza la distribución de la población, la que se concentra sobre las planicies litorales y la depresión intermedia. Solo en el norte desértico, en que las precipitaciones crean una faja de pastos por encima de los 2.500 m. sobre el nivel del mar, hay población humana en altura. En el resto del país los asentamientos humanos descienden: en Santiago a 1.400 m, en Curicó a 1.000 m y en Llanquihue a 700 m. Hacia el sur, el hombre sólo se establece en las partes bajas. Sin embargo, si la montaña chilena, ubicada en medios templados, no favorece el poblamiento, no podemos por ello olvidar el papel que cumple como generadora de precipitaciones. Su carácter de reserva de aguas y de nieve origina los ríos que irrigan la depresión intermedia y posibilita la obtención de energía eléctrica. Además, la montaña encierra cuantiosos tesoros minerales. La montaña es un elemento esencial en el funcionamiento del sistema geográfico chileno. Chile puede dividirse longitudinalmente (en forma vertical) en tres regiones morfológicas: la majestuosa cordillera de los Andes al este, la cordillera de la Costa al oeste, y el área de la meseta y el valle Longitudinal o depresión Intermedia, ubicada entre ambas cadenas. Latitudinalmente (en forma horizontal), se distinguen tres importantes regiones geográficas y climatológicas: la septentrional (árida), la central (mediterránea) y la meridional (templada oceánica). La cordillera de los Andes es más ancha en la región septentrional, en donde se encuentran amplios macizos y numerosas montañas con altitudes superiores a los 6.100 metros. Allí se sitúa el monte más alto del país, el Ojos del Salado (6.893 m). La depresión Intermedia está ocupada por el extenso desierto de Atacama, el más árido del mundo. Éste ocupa parte de la depresión Intermedia del Norte Grande. En algunos sectores esta planicie se encuentra interrumpida por cordones montañosos. En la zona central, la meseta cede su lugar al valle Longitudinal, de unos 965 km de longitud y una anchura que oscila entre los 40 y los 80 km, que es la zona más poblada del país. La fértil área entre los ríos Aconcagua y Biobío constituye el corazón agrícola de Chile. Los Andes centrales son menos anchos y más bajos que los septentrionales; aquí se encuentran los pasos fronterizos más importantes de los Andes y del país. La región meridional (al sur) se caracteriza por no albergar a la depresión Intermedia, ya que ésta desaparece en el seno de Reloncaví. La costa está delimitada por largas cadenas de islas y fracturada por numerosos fiordos. En los Andes meridionales, la altitud rara vez supera los 1.830 metros. La cordillera de los Andes —como ya dijimos— es una de las mayores cadenas montañosas de la tierra. Estudios geomorfológicos sostienen que en el extremo austral se prolonga en forma submarina, emergiendo en las Antillas australes, y finalmente en la Antártica. Allí, en la Tierra de O'Higgins, sus cumbres alcanzan los 3.000 m. Constituye un muro imponente, cuya altitud desciende paulatinamente de norte a sur, desde las alturas del Nevado Ojos del Salado (6.893 m) en la provincia de Atacama, hasta las modestas cumbres de Darwin (2.135 m), en la provincia de Magallanes. La cordillera de los Andes se extiende a lo largo de nuestro territorio en medios templados y fríos. Sus colosales alturas en la vertiente occidental tienen importancia climática y económica. Actúa como biombo climático, intercepta las masas de aire húmedo occidentales y las obliga a elevarse y precipitar sobre su vertiente. Así, es como se transforma en la reserva de aguas y de nieves que genera a los ríos. Estos atraviesan transversalmente nuestro país y sirven para el riego de los campos de la depresión intermedia, abastecen de agua las aglomeraciones urbanas y permiten la obtención de energía a través de plantas hidroeléctricas. Chile se encuentra en una zona geológicamente inestable y sufre periódicamente los efectos de la actividad sísmica y volcánica. Hidrográfica Los numerosos ríos de Chile son relativamente cortos; nacen por lo general en los Andes y fluyen en dirección oeste hacia el Pacífico. En las regiones septentrional y central se alimentan fundamentalmente de las nieves eternas que cubren los Andes. Los ríos más importantes son, de norte a sur, Lluta, Loa, Elqui, Limarí, Choapa, Petorca, La Ligua, Aconcagua, Maipo, Rapel, Maule, Biobío, Imperial y Toltén. Aunque de valor limitado para la navegación debido a sus cascadas, son vitales para el regadío y la producción de energía hidroeléctrica. La mayoría de los grandes lagos chilenos, entre ellos el Llanquihue, se concentran en la maravillosa región lacustre del sur. Clima Debido a su gran extensión latitudinal (en sentido vertical), Chile cuenta con climas diversos. En general, en la costa las temperaturas son moderadas por la influencia del océano Pacífico. La región septentrional (al norte) es casi enteramente desértica, una de las más secas del mundo; sin embargo, las temperaturas están moderadas por la presencia de la corriente fría de Humboldt. Las temperaturas de enero en Antofagasta y Santiago tienen un promedio de 20,6° C y 19,5° C, respectivamente; en julio la temperatura en Antofagasta alcanza los 14° C de promedio, y 8° C en Santiago.Las temperaturas descienden cerca de 1° C por cada 150 metros de altitud en los Andes. Las precipitaciones se incrementan hacia el sur, y la región central goza de un clima mediterráneo. En esta zona, las precipitaciones suelen concentrarse en los meses de invierno (de mayo a agosto), variando desde un total anual de 375 mm en Santiago a los 12,7 mm en Antofagasta; los inviernos son suaves y los veranos relativamente cálidos. La región meridional se caracteriza por un clima más frío y en ella las precipitaciones se distribuyen equitativamente durante todo el año, llegando a un máximo de unos 5.080 mm en las cercanías del estrecho de Magallanes. La temperatura media anual en Punta Arenas, en el extremo meridional, es de 6,1° C. En el sur son comunes los fuertes vientos del oeste con influencia marítima. Factores climáticos Por su extensión en el largo y por la disposición de su relieve, el territorio chileno goza de una extraordinaria variedad climática, debido fundamentalmente a: la latitud, la orientación del relieve, el mar y a la Corriente de Humboldt. Las presiones y los vientos Frente a las costas del norte de Chile, entre los 30º y 40º de latitud sur, se ubica una zona de Altas Presiones Subtropicales. Dentro de ella encontramos el Anticiclón del Pacífico (A), que se caracteriza por una gran sequedad atmosférica, un marcado déficit de precipitaciones (pp), y por originar los vientos del W., SW. y NW., todos los cuales afectan el clima. Al sur del país, entre los 50º y los 60º de latitud sur, las Presiones (P) descienden considerablemente, formando una zona de Bajas Presiones Subtropicales (B). Se establece, de este modo, una marcada oposición de presiones entre los extremos del país, altas en el norte y bajas en el sur. El Frente Polar es la zona de contacto entre las masas de aire de origen tropical, cálidas y húmedas, con las masas de origen polar, secas y frías. Debido a las marcadas diferencias térmicas entre ambas masas, se genera en la zona de contacto la mayor parte de las lluvias frontales en el territorio chileno. La temperatura Chile es un país de considerable homogeneidad térmica, a pesar de su extensión vertical (latitud). La diferencia de temperaturas medias entre Arica y el Cabo de Hornos es de sólo 15º, valor modesto para una diferencia de 39º de latitud. Dos grandes factores explican esta homogeneidad térmica: la influencia del mar siempre presente y la corriente de Humboldt que reduce las temperaturas desde los 40º hacia el norte. Además, los vientos transportan masas de aire cálido hacia el sur y masas frías en sentido inverso, lo que, junto a lo anterior, explica la uniformidad térmica en Chile. Las temperaturas en Chile disminuyen de norte a sur y de oeste a este; es decir, de mar a cordillera, por efecto de los cambios de altura que introduce el relieve.

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